martes, 14 de diciembre de 2010

La huida hacia adelante del rey Midas

Hay personas que despiertan el interés de la gente y de las que conocemos muchas cosas. Sin duda una de ellas es Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Pero aquí os dejo un interesante artículo de Juan Carlos Escudier, que aparecía en Octubre en la página www.cuartopoder.es. Y que me parece muy interesante porque nos descubre un Florentino que no conocíamos, el alejado del palco del Santiago Bernabéu.


http://www.cuartopoder.es/preferirianohacerlo/la-huida-hacia-adelante-del-rey-midas/711

La huida hacia adelante del rey Midas

DOMINGO, 24 DE OCTUBRE DE 2010


De izquierda a derecha, el presidente del Grupo ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, y el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, durante la entrega de los premios Tintero, a la transparencia informativa, y Secante, a la poca transparencia, otorgados por la Asociación de Periodistas de Información Económica, el pasado 18 de octubre. (Luca Piergiovanni / Efe)
Florentino Pérez le bauticé hace cinco años como el conseguidor, porque era darle a este hombre el móvil de un concejal de Urbanismo y convencerle de que le haría un puente al pueblo aunque no tuviera río, de pesado que se ponía. De un tiempo a esta parte, el apodo no le hace justicia, pese a lo cual ha logrado mantener una aureola de genio empresarial que se compadece bastante poco con su actual situación. Por explicarlo gráficamente, al rey Midas le falla el dedo y está más tieso que la mojama.
Por centrar el tema, los grandes constructores, entre ellos nuestro hombre, se vieron venir que el chollo de las obras públicas faraónicas y de la urbanización sin freno tocaba a su fin y decidieron diversificar actividades. Acostumbrados a hacer negocios al amparo del poder político, eligieron el sector de la energía, mientras Zapatero y el ideólogo de los campeones energéticos nacionales, es decir, Miguel Sebastián, apoyaron que españolazos como Florentino o comoLuis del Rivero, el de Sacyr, entraran en Fenosa, Iberdrola o Repsol para frenar el apetito de gigantes extranjeros del sector, después de que su fabuloso plan para entregar Endesa a Gas Natural y proclamar campeón a la resultante acabara con la primera desguazada y en manos de la pública italiana Enel.
Volviendo a Pérez, llegó hasta la cocina de Fenosa como a él le gusta, esto es, con un paquete de control primero y desguazándola después antes de venderla, al estilo de esos fondos de inversión de cuyo comportamiento tanto han aprendido sus socios: los March y los Albertos. Con el botín, pensó que sería igual de fácil quedarse con la caja de Iberdrola, que ya eran palabras mayores, y se hicieron con un 12% de aquella manera, o por explicarlo mejor, con una financiación especial que obliga a ACS a cubrir la caída del precio de los títulos de Iberdrola, que cotizaba entonces a 9 euros y que ahora lo hace a 6. De esta misma forma se compró el 25% de la alemana Hochtief, por la que ahora ha presentado una OPA que, como se verá, es más falsa que la Gaceta, la de siempre y la de ahora.
Grosso modo, la situación del mago Florentino es la siguiente: debe alrededor de 9.000 millones de euros, de los que casi la mitad corresponde al pufo de Iberdrola y al año que viene tiene vencimientos del orden de 5.000 millones, a los que no puede hacer frente, tal y como ha reconocido ACS ante la CNMV, a la que se ha dirigido para explicar que está buscando alternativas de refinanciación, o lo que es lo mismo, que los bancos le den respiro durante un año. Es seguro que lo logrará porque las entidades, fundamentalmente el Santander y Cajamadrid, en el caso de ejecutar las garantias –las acciones de Iberdrola y Hochtief que tienen pignoradas- perderían un ojo y la córnea del otro.
Gracias a su habilidad como vendedor de motos y al nivelón de buena parte de nuestra prensa económica especializada, Florentino ha construido la ficción de que todos sus desvelos pasan por conquistar Iberdrola, cuando en realidad lo que trata es de evitar la bancarrota, algo que sugirió en alguno de sus informes el Credit Suisse y por lo que el matador Pérez, como ahora le llama el Financial Times, le puso una querella. Esta ficción es muy necesaria porque mostrando interés por Iberdrola contribuye a calentar sus acciones que, como se ha dicho, cuando pierden valor en bolsa le obligan a poner una pasta para asegurar su cobertura ante sus prestamistas.
Como muestra de la asfixia financiera de nuestro genio, dos simples botones: el primero es su anuncio surrealista de lanzar una emisión de bonos por unos 1.500 millones de euros al estilo de la Nueva Rumasa de Ruiz Mateos, que con ayuda de su banca amiga pretendía colocar el de ACS entre los particulares, o mejor dicho, entre las abuelitas con ahorros, a un interés del 7 ó el 8%, lo que da una idea de sus dificultades para obtener dinero. La CNMV, que suele estar siempre a la luna de Valencia, ha intervenido para pedir garantías, y eso ha sido suficiente para hacerle desistir y posponer la emisión hasta que las ranas críen pelo.
La segunda es una rocambolesca venta al fondo CVC de una parte de su participación en Abertis, la principal compañía de infraestructuras del país. La operación tendrá segunda parte porque es altamente sospechoso que el citado fondo haya aceptado pagar a 15 euros cada uno de los títulos que hubiera podido obtener directamente en el mercado dos euros más baratos. Así que no sería extraño que Abertis fuera convenientemente troceada en un futuro inmediato, si la Caixa, que es su accionista de referencia, lo permite. De entrada, unos 1.500 millones han ido a parar a ACS. ¿Servirá este dinero para aumentar la participación en Iberdrola o para tapar agujeros? Elijan la opción B y acertarán.
El asunto de Iberdrola tiene también su miga. Como se recordará, el conseguidor logró de sus amigos socialistas la introducción de una enmienda al descuido por la que se suprimían los blindajes de los consejos de administración. Con sus oficios, Pérez convenció al Gobierno de que si compañías como la suya, que tenía un 12% en Iberdrola o como Sacyr, con un 20% de Repsol, con sus derechos políticos limitados al 10%, no tenían acceso al control de sus participadas –y de sus cajas registradoras– podrían verse en dificultades, lo que sería muy negativo para la economía española. Se fraguó de esa manera la “enmienda Florentino”, bautizada así por este servidor, con gran éxito de crítica y público.
Iberdrola, por supuesto, no se quedó de brazos cruzados, y si antes había impedido la entrada en su consejo de un representante del constructor con el argumento de que algunas de sus actividades en el terreno de las energías renovables le convertían en un competidor, ahora está en plena batalla jurídica, hasta el punto de haber impugnado sus cuentas al detectar alguno de sus trucos de contabilidad creativa que tan bien ha utilizado a la largo de su historia. Teóricamente, la enmienda que obliga a reconocer los derechos políticos de toda la participación accionarial entrará en vigor en junio de 2011.La junta de Iberdrola se celebrará con anterioridad, por lo que su obligado cambio de Estatutos tendría efectos al año siguiente. Apenas cambiará nada. Con su 12% actual tendría derecho a un solo consejero –la barrera para conseguir un segundo miembro del Consejo está en el 14%–, pero le haría alta llegar al 20% para poder consolidar dicha participación en sus cuentas. A los precios actuales ello le supondría desembolsar unos 2.500 millones de euros, que no es poco, especialmente para quien debe hasta de callarse.
La consolidación en el balance de ACS de su participación en Iberdrola sería fundamental, ya que le permitiría apuntarse como propios los beneficios de la eléctrica en el porcentaje correspondiente y, lo que es más importante, tener cierta barra libre para obtener recursos en los mercados financieros, cerrados ahora mismo por sus ratios de endeudamiento. Esta urgencia es la que ha determinado también la OPA sobre la constructora alemana Hochtief, cuyos resultados podría consolidar si lograra hacerse con un 40% (ahora tiene un 29,9%).
Los alemanes, obviamente, no tienen un pelo de tontos y han visto una jugada que, en su etapa última, no pretende otra cosa que desguazar la compañía. Florentino trata de hacerse con esta constructora para, una vez al mando, hacer caja vendiendo la joya de su corona, la firma australiana Leigthon Holding, de la que posee un 54% y cuyo valor es muy superior a la de su matriz. Y ello con una OPA que supone intercambiar papelitos sin ninguna prima para los accionistas, a razón de ocho títulos de ACS por cinco de Hochtief.
Sobre el papel es una operación perfecta, ya que ACS utilizaría su autocartera de acciones, que ahora equivale al 10% de su capital. ¿Qué por qué una constructora destina a comprar acciones propias más de lo que invierte en ninguna de sus áreas de negocio? Pues para sostener el valor de sus títulos, ya que ni a los March ni a los Albertos, ni al propio Florentino, cuyas almas no son de empresarios sino de brokers, les gustan las minusvalías ni dejar de llevárselo crudo –en este caso Pérez–con las stock options que él mismo se adjudica. Operación perfecta sobre el papel, como explicaba, salvo por el detalle ya mencionado de que los alemanes no son del todo imbéciles y por este otro: sería un milagro que el Gobierno alemán se dejara robar la cartera con el antecedente del intento de Eon de hacerse con Endesa frustrado por Zapatero.
Hotchief ha empezado a planificar su defensa, empezando por Australia, a cuyas autoridades bursátiles no han convencido de obligar a ACS a lanzar una OPA también por Leigthon pero que podrían frenar la operación si entiende como “condiciones inaceptables” la posibilidad de que la española tome indirectamente el control de la australiana sin que sus accionistas se beneficien.
En estas cruzadas anda Florentino, en lo que sólo cabe definir como imparable huida hacia adelante. Entre tanto, nuestro héroe sigue esperando que su dedo recupere esa cualidad de convertir en oro lo que toca, ignorante que lo del Rey Midas no es un cuento griego sino chino.

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